La eurozona se enfrenta a un escenario inédito en su historia.
Por primera vez en 11 años, el Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés para intentar controlar la subida récord de los precios, mientras sobrevuelvan los fantasmas de una nueva recesión económica y de una crisis energética, y se prolonga la guerra entre Ucrania y Rusia.
La máxima autoridad monetaria y financiera de la región de la moneda común ha dejado atrás una era tras aplicar una subida histórica del precio del dinero del 0,5%, frente al 0,25% que había comunicado el mes pasado, y prepara más aumentos a corto plazo.
El primer mensaje que lanzan los economistas consultados es que las subidas de los tipos de interés son “absolutamente necesarias” en un momento en el que la inflación está descontrolada. En la eurozona ha alcanzado el récord del 8,6% en junio, mientras que en España se ha disparado hasta los dos dígitos, marcando el nivel más alto desde 1985.“La única forma de dominar la inflación es restringiendo la oferta de dinero, que ha sido extremadamente generosa durante muchos años por parte del BCE. Si tomar dinero a préstamo cuesta, la gente se lo piensa y se reduce la demanda, por lo que la oferta tiene que bajar los precios para adecuarse a ella Es de primero de Económicas” “es imprescindible subir los tipos de interés para frenar la inflación y recuperar la normalidad”.
Europa va varios pasos por detrás de otras grandes economías como EEUU, Canadá, Reino Unido, Noruega, Suecia o Australia, cuyos bancos centrales han encarecido el precio del dinero en varias ocasiones durante los últimos meses para frenar la escalada de los precios. Una postura de cautela que podría tener consecuencias.
Qué pasa cuando el BCE sube los tipos de interés
A pesar de que la normalización monetaria es una necesidad, lo cierto es que tendrá consecuencias para las familias y las empresas, aunque los expertos descartan un shock generalizado y creen que el impacto se notará en casos concretos.
En los hogares, por ejemplo, los más afectados serán aquellos que estén pagando una hipoteca y otros préstamos a un tipo de interés variable que dependan de cómo evolucione el euríbor. Todos ellos se enfrentan a un sobrecoste mensual que se sumará al encarecimiento de la cesta, el combustible y las facturas domésticas. Al subir los tipos y el euríbor, también subirán las cuotas mensuales de las hipotecas, que actualmente son el principal foco de endeudamiento de los hogares”para una hipoteca de 300.000 euros, por ejemplo, con un tipo de interés de euríbor + 1%, pasar en pocos meses de un euríbor del -0,5% a un euríbor al 2% supone un sobrecoste medio de más de 200 euros al mes.
En general, el mercado ve al indicador hipotecario entre el 2% y el 3% en 2023. Lo normal es que veamos los tipos de interés por encima de los niveles actuales, más cerca del 2-3% que del 0-1%.
En el caso de las empresas, el impacto también vendrá por el lado de la nueva financiación, sobre todo para las pymes.las empresas de mediano y pequeño tamaño tendrán más dificultades “para que les renueven el circulante y acceder a nuevos préstamos”
Se avecinan más subidas de tipos
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya confirmó hace unas semanas que, tras la subida de 50 puntos básicos de julio, acometerá otra en septiembre, aunque de momento se desconoce con qué intensidad.
A la vuelta del verano el precio del dinero se podría situar en el 1%, hay quienes creen que el ritmo de subidas debería ser todavía más agresivo, teniendo en cuenta que la inflación previsiblemente seguirá en niveles muy elevados en los próximos meses.
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